viernes, 27 de diciembre de 2013

El desguace de aeronaves recuperará 3.000 toneladas de aluminio al año


Trabajos de pavimentación de la zona de desmantelamiento de aviones tras el hangar, hace algo más de un mes

El desmantelamiento se realiza en cinco fases


El reciclado de una aeronave, la actividad más intensiva en empleo de las que desarrollará Tarmac en el aeropuerto de Teruel, consiste en desmontar los aviones para realizar una adecuada valorización de sus componentes.
EVA RON / Teruel
27/12/2013




El reciclado de una aeronave, la actividad más intensiva en empleo de las que desarrollará Tarmac en el aeropuerto de Teruel, consiste en desmontar los aviones para realizar una adecuada valorización de sus componentes. El proyecto presentado por la empresa a la Gerencia de Urbanismo para la ampliación de su licencia de actividades clasificadas detalla el proceso que se sigue, en cinco fases: descontaminación del avión, eliminación y gestión de las piezas para repuesto, desmantelamiento, selección y almacenamiento de materiales, y valorización de los mismos.
La descontaminación se realizará en la zona de desmantelamiento del aeropuerto, dotada con solera de hormigón y sistema de recogida de aguas pluviales, que se someterán a tratamiento de depuración antes de su vertido a la red de saneamiento del aeropuerto.
La descontaminación pasa por el vaciado de los tanques de queroseno y el aseguramiento de la aeronave. Esta última operación incluye acciones como la retención del aparato, el desmontaje de equipos de riesgo como oxígeno o sistemas de protección contra incendios para su eliminación o reutilización, la purga de cantidades residuales de combustible y desgasificación de tanques, la eliminación de fluidos hidráulicos, el desmontaje de equipos como toboganes de evacuación, o el vaciado de circuitos de agua potable y saneamiento.
Una vez descontaminados, los aviones dejan de tener la categoría de residuos peligrosos y pasan a la de no peligrosos. Entonces continúa el proceso de desmantelamiento con el desmontaje y gestión de piezas, que se realiza en el interior del hangar con el objetivo de recuperar elementos de repuesto para otros aviones. Fundamentalmente proceden de los motores, la cabina del avión y el tren de aterrizaje.
La tercera fase es el desmantelamiento de la aeronave, en la zona exterior. En primer lugar se actúa en el interior del aparato, con el desmontaje de los elementos de las cabinas de pasajeros y de pilotos y del compartimento de carga. En este proceso se desmontan y almacenan por separado, según su naturaleza, volumen y composición, asientos, barras, muelles, correas, portaequipajes, alfombras, falsos techos, aislamientos, cables, ventanillas y otros elementos. Después se inicia el desmontaje del fuselaje, que está dividido en secciones y se corta con herramientas adecuadas. Plásticos y fibra de carbono y metales se almacenan por separado hasta su traslado a centros de recuperación.
Algunos aviones muy antiguos pueden contener pequeñas cantidades de amianto en juntas, cárters de protecciones térmicas y pastillas de freno, que se depositarán en contenedores "por personal entrenado y equipado" para su posterior retirada por empresas homologadas.
También pueden incorporar fuentes radiactivas selladas. En estos casos, los propietarios de los aviones están obligados a informar de la presencia de este tipo de piezas, que Tarmac procesará conforme a los pautas previstas en el contrato que suscribirá con Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, que se encargará de gestionarlas fuera del aeropuerto. Además, la báscula de pesaje de camiones que se ubicará en las instalaciones de Tarmac dispondrá de un pórtico de detección de radiactividad para controlar que los vehículos que salgan del recinto no llevan material de este tipo.
Las últimas fases del reciclado son la clasificación de los materiales y su retirada por empresas de valorización.
Metales, plásticos de distinto tipo, vidrio o neumáticos figuran entre los principales residuos que generará el desmantelamiento de aviones que desarrollará Tarmac en el aeropuerto de Teruel. Los distintos materiales serán clasificados y almacenados temporalmente en las instalaciones, para su posterior retirada por empresas especializadas en su valorización y gestión.
Entre los residuos no peligrosos que prevé generar Tarmac cuando su actividad de desmantelamiento esté a pleno rendimiento figura en cabeza el aluminio, con 3.000 toneladas al año, junto con otros metales como el titanio -150 toneladas al año-, y aleaciones como el acero inoxidable -100 toneladas anuales- y el acero -20 toneladas-.
También está previsto recuperar cada año 100 toneladas de cables de aluminio, 5 toneladas de ojos de buey de plexiglass o 250 toneladas de materiales plásticos y composites, telas y poliuretano procedentes de los asientos de los aviones.
Residuos peligrosos
En cuanto a los residuos clasificados como peligrosos, figura en primer lugar el queroseno. Está previsto extraer de las aeronaves 100 toneladas al año, que se almacenarán en uno de los depósitos para combustible que existen en el aeropuerto. A él se sumarán 10 toneladas de aceites hidráulicos, 200 kilos de zapatas de freno con amianto, cien kilos de detectores de humo que lleven en su interior sustancias radiactivas o estabilizadores de uranio empobrecido y alrededor de un kilo de componentes explosivos presentes en toboganes de evacuación, airbags y pretensores.
Durante el proceso de desmantelamiento, los elementos del avión se clasificarán en el mismo momento del desmontaje para separar los materiales valorizables de los que no lo son.
La clasificación se realizará de forma visual, a mano o con equipos mecánicos adecuados. Tras la clasificación, los materiales se depositarán en el área de estocaje en contenedores o, en el caso de los metales, apilados sobre el suelo con muros de separación. Allí se almacenarán hasta ser recogidos y trasladados a su destino por empresas de valorización y gestión.
Tarmac prevé que estas operaciones de transporte generen un tráfico de 20 camiones semanales en el aeropuerto.

Tarmac prevé contratar a 40 personas al ampliar su actividad al reciclado de aviones

Un empleado de Tarmac trabaja en uno de los motores de un Boeing 747 en el interior del hangar del aeropuerto de TeruelLa Gerencia de Urbanismo tramita ya la licencia para esta segunda fase del proyecto industrial.    Tarmac Aragón, concesionaria del hangar y de la campa del aeropuerto de Teruel, prevé contratar a 40 personas más con la ampliación de su actividad al reciclado de aviones, 30 para el proceso productivo y diez para administración y logística. EVA RON /

Teruel Tarmac Aragón, concesionaria del hangar y de la campa del aeropuerto de Teruel, prevé contratar a 40 personas más con la ampliación de su actividad al reciclado de aviones, 30 para el proceso productivo y diez para administración y logística. La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Teruel tramita ya la licencia de actividades clasificadas para la segunda fase del proyecto industrial de la empresa en la plataforma aeroportuaria, que desarrollará la autorización concedida en octubre de 2012 para la primera fase, el estacionamiento y mantenimiento asociado de aeronaves. Para poder incorporar al negocio el desmantelamiento y reciclado de aviones, ha sido necesario que previamente el Gobierno de Aragón aprobara la modificación del proyecto supramunicipal del aeropuerto de Teruel, el pasado 19 de noviembre, para incluir el reciclado entre las actividades a desarrollar dentro del recinto aeroportuario. Las 40 nuevas contrataciones previstas se sumarán a las once ya realizadas por Tarmac en su primera fase de actividad. Con ello se alcanzaría la mitad del centenar de puestos de trabajo que la compañía se comprometió a crear al alcanzar su quinto año de funcionamiento. El proyecto presentado a la Gerencia de Urbanismo por la filial de Airbus permitirá extender la licencia de actividades de que ya dispone la empresa a la nueva actividad de desmantelamiento y reciclado de aviones y a la ampliación de la superficie de estacionamiento a raíz de las obras de pavimentación de la campa y de la zona de desmantelamiento que se están llevando a cabo en el aeropuerto. El documento técnico, redactado por Incosa Ingeniería, detalla que el desmantelamiento y reciclado de aeronaves se desarrollará en la campa hormigonada exterior que se está habilitando tras el hangar, mientras que los trabajos de mantenimiento se realizarán en el interior de este y las de estacionamiento, en la superficie pavimentada de campa. Reciclado de 50 aviones al año Las instalaciones tendrán una capacidad de reciclado de 50 aviones al año y una capacidad de estacionamiento de unas cien aeronaves, dependiendo de su tamaño. El área de reciclado tendrá una superficie de 11.700 metros cuadrados, con unas dimensiones de 180 por 65 metros. Se subdivide en dos zonas, destinadas, respectivamente, a descontaminación y desmantelamiento de aviones, y a selección, valorización y almacenamiento de material. La primera será una zona abierta de 8.450 metros cuadrados (130 por 65 metros), con pavimento de hormigón y un sistema de recogida de pluviales para evitar la contaminación del suelo por posibles derrames. La segunda tendrá 3.250 metros cuadrados de superficie (50 por 65 metros), con el mismo tipo de pavimento. Dispondrá de un espacio cubierto de 400 metros cuadrados (10 por 40 metros) en el que se almacenarán los residuos líquidos, así como de muros perimetrales de 3 metros de altura que servirán de apoyo para los materiales metálicos recuperados de los aviones. Además, se instalarán contenedores para clasificar el resto de los materiales y residuos. En cuanto al área de estacionamiento, abarcará una superficie de 280.000 metros cuadrados y también dispondrá de sistema de recogida de pluviales. La pavimentación -ya en marcha en una primera fase de 60.000 metros cuadrados- constará de calles asfaltadas por las que las aeronaves serán trasladadas hasta los puestos con solera de hormigón donde quedarán aparcados los aviones. El fuselaje de las aeronaves, a excepción de las alas, quedará sobre la zona hormigonada, a la que caerían los posibles derrames o pérdidas de líquido para evitar la posible contaminación del suelo. Riesgos ambientales Y es que los derrames y vertidos ocasionales de aceites hidráulicos u otros líquidos empleados en los circuitos internos de los aviones por rotura accidental de los conductos constituyen, precisamente, los principales riesgos ambientales de la actividad de desmantelamiento y reciclado, clasificada como molesta, nociva y peligrosa. Para prevenirlos, la manipulación de estos circuitos se realizará siempre colocando cubetas bajo el área de actuación. Otros riesgos ambientales derivan de la producción de desechos y residuos, parte de ellos clasificados como no peligrosos (desde papel y cartón a metales, vidrios o neumáticos) y otros catalogados como peligrosos (aceites hidráulicos, zapatas de freno con amianto, componentes explosivos de airbags, toboganes de evacuación o pretensores, queroseno y otros combustibles, o detectores de humo con sustancias radiactivas, entre otros). Los distintos tipos de residuos se recogerán conforme a los procedimientos establecidos en la normativa medioambiental y entregados a gestores autorizados para su tratamiento. El resto de los riesgos de la actividad son comunes a otras industrias, como los de incendio, vibraciones, ruidos o los vinculados al tráfico y transporte de mercancías.

jueves, 5 de diciembre de 2013

El Ejecutivo aprueba la modificación del proyecto supramunicipal del aeropuerto de Teruel

Trabajos de pavimentación de la zona de desmantelamiento del aeropuerto, el pasado 22 de noviembre

Permitirá desbloquear la licencia de Tarmac para desmantelar aviones

El Consejo de Gobierno de Aragón aprobó ayer definitivamente la modificación número 2 del proyecto supramunicipal del aeropuerto de Teruel, que amplía el abanico de usos de las instalaciones al calificarlas para “uso aeronáutico general” y permitirá desbloquear la licencia de actividad solicitada por Tarmac para llevar a cabo operaciones de desmantelamiento de aviones para el posterior reciclado de sus materiales.
EVA RON / Teruel
04/12/2013

 La compañía, concesionaria de 80 hectáreas de campa y del hangar del aeropuerto, presentó la solicitud de licencia a la Gerencia de Urbanismo de Teruel hace varios meses, pero según explicó el concejal delegado de esta área, Jesús Fuertes (PP), no era posible completar la tramitación mientras no estuviera resuelta la modificación del proyecto. A partir de ahora, Urbanismo podrá remitir el expediente al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) y continuar con el trámite de licencia.
Tarmac prevé sumar a partir de 2014 el desmantelamiento de aviones a las actividades de estacionamiento y mantenimiento de aeronaves que inició el pasado verano en el aeródromo turolense, y para las que ya obtuvo la correspondiente licencia.
En un plazo aproximado de dos semanas, estará concluida la plataforma de desmantelamiento de aviones situada en la parte posterior del hangar, incluida en las obras de pavimentación de la campa que desarrolla el Consorcio del Aeropuerto. Hasta que inicie la actividad de desmontaje, la compañía podrá utilizar la plataforma para estacionar aeronaves, ya que antes de fin de año espera recibir en las instalaciones de Teruel dos aparatos que se añadirán a los Boeing 747 que llegaron el pasado mes de agosto.
El director del aeropuerto, Alejandro Ibrahim, explicó que la modificación del proyecto supramunicipal ?actualiza los usos? de las instalaciones para darles una mayor amplitud, tanto en lo que afecta al área industrial de 330.000 metros cuadrados como en la zona demanial.
En el primer caso, se está ultimando el proyecto de reparcelación que permitirá alquilar o vender parcelas a empresas interesadas en desarrollar cualquier tipo de negocio vinculado con la logística o la aeronáutica.
En cuanto a la zona demanial, los bienes públicos cuya propiedad mantendrá el Consorcio pero que pueden se objeto de concesión o de otras fórmulas de explotación, se amplía la zona de hangares, ahora limitada al ya existente, a una franja de terreno que se extiende hasta el helipuerto.
Ibrahim recordó que el próximo año está previsto construir un segundo hangar para aviación ejecutiva junto al que explota Tarmac y quedará suelo con la calificación urbanística adecuada para levantar más si surgen empresas interesadas.
El director del aeropuerto comentó, por otra parte, que ya ha concluido la redacción del proyecto para licitar la segunda fase de pavimentación de la campa de estacionamiento de aviones, para lo que el Consorcio cuenta con un presupuesto de 1,4 millones. El pliego de condiciones marcará una superficie mínima y los licitadores podrán ofrecer ampliarla.